Podemos clasificar y ordenar las ondas electromagnéticas de acuerdo a sus
diferentes longitudes de onda y frecuencias; llamamos a esta clasificación
"el espectro electromagnético". La tabla siguiente muestra este
espectro, que consiste de todos las clases de radiación electromagnética que
existen en nuestro universo.
Como podemos ver, el espectro visible —es decir, la luz que podemos ver
con nuestros ojos— es tan solo una pequeña fracción de las diferentes clases de
radiación que existen. A la derecha del espectro visible, encontramos las
clases de energía que son menores en frecuencia (y por lo tanto mayores en
longitud de onda) que la luz visible. Estas clases de energía incluyen los
rayos infrarrojos (IR) (ondas de calor emitidas por los cuerpos térmicos), las
microondas y las ondas de radio. Estos tipos de radiación nos rodean
constantemente; no son dañinos, pues sus frecuencias son muy bajas. Como
veremos en la sección siguiente, "El fotón", las ondas de baja
frecuencia tienen poca energía, y por lo tanto no son peligrosas para nuestra
salud.
A la izquierda de espectro visible, encontramos los rayos ultravioleta
(UV), los rayos X y los rayos gamma. Estas clases de radiación son dañinas para
los organismos vivos, pues tienen frecuencias extremadamente altas (y por lo
tanto, mucha energía). Es por esta razón que usamos loción bloqueadora en la
playa (para bloquear los rayos UV provenientes del sol) y que, para prevenir
que los rayos X penetren otras áreas del cuerpo distintas de la que requiere visualizarse,
un técnico de rayos X coloca una placa de plomo sobre nosotros. Los rayos gamma
son los más dañinos, pues son los más altos en frecuencia y en energía.
Afortunadamente, nuestra atmósfera absorbe los rayos gamma que provienen del
espacio, y así nos protege del daño.
BIBLIOGRAFÍA
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